Ya pasaron los días que empujaron otros días, con viento o sin él, se fueron
deslizando por la falsa almohadilla del tiempo. Aquí, detenida, quieta, sin una
sola ocurrencia que me distraiga del momento presente, abro los ojos y en ese
movimiento casi imperceptible escucho el ruido de un sinfín de niños saliendo
del colegio. Las batas a rayas azules y
blancas, un polvillo de calle sin asfaltar en el barrio donde todavía hay grandes
explanadas. Con torpeza camino por el barrizal después de una lluvia intensa y
tropiezo con una lata llena de carburo. Al contacto con el agua se convierte en
algo gaseoso, un humo grisáceo intenso durante unos minutos hace que otros
niños se acerquen alrededor de la lata. Saltan y gritan. Me voy del grupo que
se ha formado de una manera tan insólita. Camino hasta el confín del barrio, en
realidad es una pequeña caminata desde donde no veo más que hombres saliendo de
sus casas apresurados, con gabardinas blancas. Ninguno es calvo. El calendario
marca el año 1951. La casa de juguetes no está donde creía. Tardo demasiado en
llegar. Arribo a un túnel abandonado. No entro . Llego a una casa de chocolate cuyas
ventanas parecen de caramelo. Me acerco a la puerta, golpeo con el aldabón, se
resquebraja un trozo de puerta. Abre la bruja. Hay un caldero redondo sostenido
por unas cuerdas de alambre enganchadas en una viga. El burbujeante líquido
expele un olor desagradable. La bruja tienen un grano en la nariz y a una mano
le falta un dedo. Entra un enanito que
me mira con calidez. Se oscurece la habitación y me meto debajo de la cama. La
seguridad de lo oscuro, eso es lo que ahora recuerdo mientras paso de una habitación
a otra esperando a los invitados.
Las interrupciones para que los inicios casi siempre sean iguales
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=zR_bs9aSlWg
"Me tumbo en la cama y apago la luz, mi amado vendrá hoy. Los trenes vienen dos veces al día, uno llega a la noche a oírlos - glin, glin, Glon Sí, él está cerca. La noche tiene muchas horas cada uno más triste que la próxima, sólo uno es feliz cuando viene mi amado,, alguien viene, alguien llama alguien llama mi nombre, corro descalzo, Sí, él ha llegado.
HE VENIDO PARA VER
He venido para ver semblantes
Amables como viejas escobas,
He venido para ver las sombras
Que desde lejos me sonríen.
He venido para ver los muros
En el suelo o en pie indistintamente,
He venido para ver las cosas,
Las cosas soñolientas por aquí.
He venido para ver los mares
Dormidos en cestillo italiano,
He venido para ver las puertas,
El trabajo, los tejados, las virtudes
De color amarillo ya caduco.
He venido para ver la muerte
Y su graciosa red de cazar mariposas,
He venido para esperarte
Con los brazos un tanto en el aire,
He venido no sé por qué;
Un día abrí los ojos: he venido.
Por ello quiero saludar sin insistencia
A tantas cosas más que amables:
Los amigos de color celeste,
Los días de color variable,
La libertad del color de mis ojos;
Los niñitos de seda tan clara,
Los entierros aburridos como piedras,
La seguridad, ese insecto
Que anida en los volantes de la luz.
Adiós, dulces amantes invisibles,
Siento no haber dormido en vuestros brazos.
Vine por esos besos solamente;
Guardad los labios por si vuelvo.
(Luís Cernuda)
Saludos,
Anna
Siempre tan aguda.
EliminarSaludos