En este libro,
recorro las épocas de la vida que incluyen también la de los antepasados y la
de los muertos, cuyas voces resuenan en los vivos. Con un yo que se hace otros
y otras sus miradas da cabida a todo lo que transforma nuestra conciencia. Como
quien despliega un mapa, los poemas están poblados de instantes en permanente
movimiento. Lo cotidiano desvela extrañamiento en cada una de las escenas y en
su quiebro la realidad se desmenuza. Desde el primer poema que transcurre en
una sala de estar, filtro en un solo instante secuencias de situaciones
posibles haciendo que la realidad se parezca a una superficie de fulgores,
fuerzas e intensidades de las que emana una lucidez y conocimiento que aunque
instantáneos, desencajan la solidad y supuesta permanencia de los sistemas de pensamiento
establecidos. Allí donde se sueña, se está marcando un territorio, allá donde
se escribe, se inicia una ruta, allí donde se desea, el cuerpo late.
Foto: ruta en Tierra del Fuego
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